Negociaciones de alto nivel, presión económica, sanciones y acuerdos, siguen desarrollándose para lograr la fórmula de la salida electoral de la crisis venezolana
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Los norteamericanos siguen dando pasos sigilosos en Venezuela. La
reciente decisión del Departamento del Tesoro, de permitir que Chevron continúe
operando con Pdvsa, es una muestra. Previo
a ello y como una forma de evitar enviar un mensaje de debilidad, EEUU sanciona
empresas ligadas al CLAP y a familiares de Cilia Flores.
Es un proceso de negociaciones en un terreno muy intrincado.
Los norteamericanos no confían absolutamente en Maduro, además tienen
claro que la división interna del régimen chavista/madurista, complica más la
situación. Es un asunto que todavía
Maduro debe resolver, porque en las concesiones que hay entre norteamericanos y
rusos, ese aspecto es el más perturbador.
Chevron recibe una licencia que le permite seguir operando en
Venezuela, sin violar las sanciones. También otras empresas del sector de
servicios petroleros. Trump alivia la presión por ese lado, tanto al madurismo,
como a las compañías norteamericanas.
No hay más radicalización de sanciones petroleras a Venezuela, pero se
ejerce mayor presión sobre Cuba.
La piedra de tranca
Los rusos tienen el propósito
de obligar a Maduro a que los diputados del PSUV, vuelvan a la Asamblea
Nacional (AN), para designar un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE). El
acuerdo entre EEUU y Rusia consiste en que haya elecciones presidenciales y
parlamentarias, en el primer cuatrimestre de 2020.
La crisis interna que atraviesa
el chavismo/madurismo tiene su base en que el sector chavista radical no acepta
hacer elecciones presidenciales, y menos, si el candidato presidencial no
es de ese sector. Allí están trancadas las negociaciones, en el bando
oficialista.
Diosdado Cabello no admite que
Héctor Rodríguez sea el candidato presidencial por el chavismo/madurismo, como
si lo admite el sector que está del lado de Maduro.
Los rusos no apoyan a Cabello, sino a Rodríguez. Incluso prefieren a
Juan Guaidó.
Mensaje a los “nelsonmandelas”
Washington presiona en todos los espacios posibles, sin dejar tregua a
nadie. A la oposición la está alineando
para que vaya unida con el candidato que han seleccionado, el que no apoye,
será considerado un factor contrario a los intereses de EEUU.
Henri Falcón quiso aprovechar las divisiones de la oposición, como las
del régimen, y presentarse como una opción, pero la Casa Blanca ya tiene bien
adelantada su ruta. Falcón pasará a ser
otro más del grupo que quedará en la banca, el de los “nelsonmandelas” que una
vez comentó Mike Pompeo, junto a Henry Ramos Allup, María Corina Machado,
Henrique Capriles, Julio Borges y otros tantos.
Los norteamericanos, sobre la base de las experiencias anteriores, en
que el régimen chavista/madurista usó las negociaciones para ganar tiempo y
finalmente no cumplir, juegan cuadro cerrado con los rusos.
La retórica belicista se usa
eficientemente, un ejemplo de ello es la supuesta compra de aviones F-16 por
parte de Colombia.
La sobrevivencia del madurismo
Maduro ha dado algunas muestras de obedecer y ha ido cediendo
espacios, aunque internamente sigue jugando con cartas marcadas. Las exigencias de EEUU se han ido
cumpliendo y se desarrolla una especie de transición, sin que ocurra el “cese
de la usurpación”.
Los norteamericanos saben que no pueden ceder un milímetro de ventaja,
aunque Maduro luzca seguro en el poder. El
régimen chavista/madurista luchará por seguir en el poder, o al menos preservar
todavía grandes espacios que le garanticen sobrevivir.
EEUU, aunque da pasos lentos, son precisos. Los norteamericanos
necesitan resolver este asunto lo más rápido posible, sin cometer errores, porque
la amenaza global con los precios del petróleo es un factor de mucho peso,
además se entra en año electoral en ese país.
El cese de la usurpación
A Maduro le han vuelto a garantizar su partida. Los rusos, que ya
tienen lo suyo asegurado, gracias a las negociaciones de alto nivel, en el Club
de París, aumentarán la presión para producir el “cese de la usurpación”.
Los temas de fondo ya están
prácticamente decididos, el destino de la Faja del Orinoco, los activos y deuda
de China y Rusia, el destino del Esequibo, el control de la cuenca petrolífera
de Guyana-Surinam. Lo más importante ya está casi definido.
Sólo faltan los aspectos de forma. Producir el cambio, con Maduro o
sin este en el poder. Con Cabello de acuerdo o no con lo que ocurra. Con el
“cese de la usurpación” o sin este. Todo eso son aspectos menores, que en el
fondo, ningún sector político en el país tiene fuerza para imponerse.
El “cese de la usurpación”, si
bien podría ser la salida de Maduro del poder, no implica que Juan Guaidó asuma
el control de Miraflores de manera directa. En las negociaciones de alto
nivel se plantea lo que algunos denominan “el gobierno de unidad”.
Es un punto de honor para EEUU, ir a elecciones con Maduro fuera de
Miraflores, igual lo es para el chavismo/madurismo, pero para su principal aliado,
Rusia, ya esto no es así.
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