Después del 10E, Maduro va por la AN ~ En Efectivo

2 ene 2019

Después del 10E, Maduro va por la AN


Si los países aliados de la oposición sacan sus embajadores de Venezuela, China y Rusia tendrán vía libre para presionar por cambio del Parlamento

Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla

El próximo 10 de enero de 2018 termina el actual período presidencial de Nicolás Maduro. A partir de entonces asumirá uno nuevo en medio de controversias políticas, una crisis económica devastadora y enfrentado a casi todo Occidente. No es la primera vez que lo hace, ya en 2013, con la misteriosa muerte o asesinato de Hugo Chávez, asumió la presidencia de manera irregular.



El Grupo de Lima se propone a desconocer al mandatario como nuevo presidente de Venezuela, el mecanismo sería a través de la Organización de Estados Americanos (OEA), aunque en esa instancia no se tiene los votos suficientes, además, los países que se oponen a un nuevo mandato sólo podrían cortar relaciones y retirar sus embajadores, sólo pueden tomar acción política, no jurídica.


Hay información de que se juramentará ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), para evitar en todo lo posible que se diga que su asunción es ilegal, aunque los miembros de este tribunal están cuestionados también. En todo caso Maduro apela a las sentencias, de que la Asamblea Nacional (AN) se encuentra en desacato.

Hay que hacer un ejercicio de Poder Real. Si los países de Occidente van a desconocer a Maduro y van a apoyar que el nuevo presidente de la AN sea el presidente interino en Venezuela para convocar a nuevas elecciones, esa nueva instancia debe tener protección militar, poder de fuego que le defienda de los sectores armados del chavismo/madurismo, tanto de la FAN-B como de los civiles armados.

La aniquilación de la AN
Si no es así, entonces la AN y los diputados de oposición, están solos y dar ese paso, sólo permitirá al madurismo terminar de clausurar a la AN, para adelantar elecciones del Parlamento y esto tiene un propósito, es que los intereses de China y Rusia dependen de la AN, con un Parlamento renovado, con diputados del oficialismo con mayoría, aprobarían el proceso de entrega, reforma económica y privatizaciones que han exigido esos países para poder aportar capitales en distintas áreas.

Hay más. La salida de embajadores de Occidente de Venezuela, como una forma de protesta o de desconocimiento del régimen de Maduro, sería perfecta para China y Rusia, así quedan solos en el proceso de reparto del botín que significan las grandes riquezas de este país destruido en sus instituciones, débiles y sin posibilidad de defenderse. Sería un grave error del Grupo de Lima dar ese paso. Es como el error de los abstencionistas, que aseguran que no votando, han debilitado al madurismo, mientras éste se hace de todas las instancias públicas.

La situación actual es que Maduro asumirá de nuevo el poder, ahora será un presidente de facto, y eso ante el mundo es una desventaja más, quedará en una situación política mucho más precaria, pero cuya acción no se traduce en beneficios de la oposición venezolana, dividida actualmente en seis grandes agendas distintas, por lo que ha sido imposible forzar negociaciones desde un solo bloque.

Por el asesinato de Chávez
Por lo visto Maduro, quien ha sido subestimado hasta por los mismos chavistas, ha aprendido a sostenerse en el poder a pesar de todo el estremecimiento que ha habido.

Dio una muestra a finales de 2012 y principios de 2013. Hay que recordar que Maduro era el vicepresidente de la gestión de Hugo Chávez que había iniciado en 2006. Chávez desaparece de la escena política y se corre la ola de rumores de su muerte o asesinato a finales de diciembre.

Hay que decirlo así, asesinato, porque en el programa del 20 de diciembre, de Diosdado Cabello, este se refirió al asesinato de Chávez, aseguró que lo mataron, dijo “lo mataron los gringos, conjuntamente con los de aquí”, al referirse a los de aquí, no detalló, y si no señaló a la oposición abiertamente, como lo puede hacer sin ningún tipo de problemas, se refirió a otros de aquí, que no quiso nombrar, tal vez advirtiendo al madurismo. No se olvide del enfrentamiento interno entre estas facciones, el chavismo y el madurismo.

El 10 de enero de 2013 se terminaba la gestión de Chávez, de la que era vicepresidente casualmente, Nicolás Maduro. Ese día debía juramentarse el nuevo presidente, que era Chávez, que también era el presidente saliente. Maduro dejaba de ser automáticamente vicepresidente de la gestión anterior y para poder ser vicepresidente nuevamente, Chávez debía hacer el nuevo juramento y volverlo a designar como vicepresidente, pero nada de esto ocurrió así. Sólo mostraron unos papeles supuestamente firmados por el desaparecido.

Como no había presidente nuevo para jurar para el nuevo período, y Maduro no podía autonombrarse vicepresidente otra vez de la nada, a quien correspondía asumir el interinato según la Constitución era al presidente de la AN, que en ese momento era Diosdado Cabello. El madurismo así se impuso por primera vez y de manera atroz, al chavismo.


La situación para el próximo 10E, es otra controversia más, Maduro se vuelve a imponer “a trocha y mocha”, y ahora responde a los intereses de Moscú y Beijing, que necesitan que la AN actual sea disuelta o cambiada, para poder tener legalidad ante el mundo de todo lo que en materia de recursos se les ha entregado. 02/01/2019


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