Mientras las empresas no pueden aumentar su producción, el madurismo aumenta la emisión de dinero sin control alguno
Por Alex Vallenilla /
@alexvallenilla
Hasta ahora, cada vez que el
Ejecutivo anuncia un aumento de sueldo mínimo en Venezuela, la población se
aterroriza, puesto que existe conciencia nacional que mientras no cambien las
condiciones económicas actuales, el aumento de salarios sólo sirve para seguir
destruyendo lo poco de economía que queda por los efectos inflacionarios.
La razón por la que los precios
de los bienes y servicios aumentan velozmente, luego de un anuncio de aumento
de salarios, es porque la economía venezolana está hundida en dos condiciones
que generan la devastadora situación: una profunda escasez y un alza
indetenible de la emisión de dinero por parte del Banco Central de Venezuela
(BCV).
Venezuela con escasez
Debido a las políticas del
chavismo/madurismo, luego de la ola de expropiaciones, control de precios y las
excesivas fiscalizaciones contra el sector privado, la producción de Venezuela
se desplomó en 60% desde el año 2008, según datos de la Red Agroalimentaria de
Venezuela (RAV).
Con los altos precios del
petróleo, era posible mantener una importación, que el chavismo/madurismo
impuso como modelo, la “economía de puertos”, y con nexos en Uruguay, Brasil,
Bolivia, Estados Unidos, Nicaragua, China, entre otros, se cubría con la renta
petrolera lo que hacía falta para el consumo del venezolano.
Luego de 2014, cuando los precios
del petróleo se hunden, junto a la peor corrupción nunca vista en este país,
los recursos para importar desaparecieron y las importaciones cayeron en 70%.
Desde la llegada de Maduro al poder, las reservas internacionales se vinieron
abajo desde 27 a 8,3 mil millones de dólares, actualmente.
Fedeagro reporta que sólo puede
producir 25% del consumo nacional. Desde 2008 la producción de maíz en
Venezuela cayó 65%, el arroz 68%, sorgo 95%, caña de azúcar 62%, café 70%, papa
88%, tomates 53%, cebolla 77%, pimentón 69%, naranjas 41%.
Para 2018 sólo se contaba con 50%
de semillas para la producción de maíz, 30% para arroz y 5% para hortalizas.
La producción agropecuaria se
vino abajo 40%, según datos de Fedenaga.
Bolívares en cantidades
Mientras los rubros para el
consumo nacional desaparecen de los anaqueles, porque el Ejecutivo tampoco
permite rentabilidad para que las empresas se sostengan en el tiempo, desde el
BCV se emite dinero en grandes cantidades.
Al cerrar diciembre 2018, la
subida de la liquidez monetaria fue sumamente impresionante. Maduro, que con un
decreto de emergencia desde 2013, ejerce control directo sobre el ente monetario,
no permite que exista una política monetaria independiente que ayude a mantener
el valor del bolívar.
En diciembre 2018, batió records,
al subir la cantidad de dinero circulante en 146,46%. Un alza en esta proporción
nunca se había visto. La emisión de dinero tiene el propósito de cubrir el
déficit estatal. La administración pública debería sostenerse con lo que
recauda el SENIAT por la vía de los impuestos, pero con la hiperinflación que
ha desatado el madurismo, en bolívares, ese ingreso ya no alcanza para los
gastos estatales.
En sólo un mes, la cantidad de
dinero circulante subió de 352,64 mil millones de bolívares, a 869,10 mil
millones de bolívares. En sólo un año, Maduro ha incrementado la cantidad de
dinero que circula en 68.146,59%.
Mientras hay menos productos para
vender, hay mucho dinero circulante para comprar. Es decir poca oferta de
bienes y servicio y alta oferta de dinero. Esto genera desconfianza en el
bolívar y los venezolanos huyen de su propia moneda apenas tienen en sus
cuentas algo de dinero.
Maduro ordena aumento de sueldos
sin disponer de dinero en el presupuesto, lo que se cubre con las emisiones del
BCV. Una subida de sueldo de 300%, como la recientemente ocurrida, genera más
inflación, porque no hay alza de producción de bienes en la misma proporción. La
población va a las calles a demandar bienes que no hay, lo que genera presión
alcista en los precios.
El economista Jesús Casique señala
que este dinero que se emite no tiene respaldo y se utiliza para monetizar el
déficit, lo que alimenta la hiperinflación. 18/01/2019
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