Todo un aparato mediático se emplea a fondo desde Miami, Madrid y Londres, por sectores multimillonarios que anhelan volver a Caracas a controlar el poder
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Ex banqueros y ex contratistas que hicieron gigantescas fortunas
cuando Hugo Chávez estaba en el poder, ahora con sus capitales, que son parte
de la fuga de divisas que ha sufrido Venezuela con el control cambiario y que
contribuyeron a la actual crisis, ahora dirigen sus ataques contra Juan Guaidó
a quien tildan de “traidor”.
Los grupos económicos, que
detentan medios de comunicación, plataformas digitales y un importante número
de tuiteros, consideran que Guaidó no cumple sus expectativas. Esos sectores,
claman la impunidad, tal cual lo hace el chavismo/madurismo. Salvar los
capitales mal habidos en su mayoría.
En principio apoyaron a Guaidó,
porque en su acción ha contado con respaldo masivo, además de ser una figura
nueva, desligada a los dirigentes tradicionales, que son considerados por
estos grupos económicos como sus peores enemigos.
Razones tienen para definir a los principales dirigentes de PJ, VP, AD
y UNT de enemigos, luego que en 2015, los ex banqueros vieron como se les
negaba entrar en la Ley de Amnistía que solicitaba Lilian Tintori a la AN, una
vez conquistada. El propósito era quedar como perseguidos políticos y no como
delincuentes, como lo sentenciaron varios diputados.
El laboratorio diseña una
campaña mediática, para decir que Guaidó no ordenó una intervención militar, un
asunto que ni de cerca puede este dirigente decidir y que ha solicitado que
se le retiren las sanciones a los chavistas/maduristas, acciones que EEUU ha
emprendido desde que Barack Obama era presidente.
Esa campaña es la excusa.
Junto a los ex banqueros y ex contratistas, se han ligado los restos y
sucesores de los “ex amos del valle”. Ricos y multimillonarios en Miami,
anhelan volver al poder en Venezuela, a tener influencia en la política del
país, a decidir sobre la primera reserva petrolera del mundo.
Ser rico en Miami o en Londres, es sólo eso. Ser rico, disponer del
capital mal habido en su gran mayoría, para tener una vida distinta al común,
pero eso es hasta allí. En esos países son ciudadanos comunes, no tienen poder
político, no pueden influir ni mandar en la sociedad.
La campaña contra Guaidó, raya en el racismo, en su condición de
persona humilde y originario de La Güaira, no pudieron soportar ni siquiera que
fuese este joven quien terminara en una portada de la revista GQ.
Guaidó no se ha ceñido a las exigencias y órdenes de estos sectores,
que temen un cambio de gobierno en Venezuela y no ser ellos quienes controlen
el destino de la política nacional, y como consecuencia tengan que rendir
cuentas de cómo llegaron a obtener sumas de decenas de miles de millones de
dólares, en tan sólo 14 años que estuvo Chávez en el poder.
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