Los grupos económicos que se enriquecieron con el chavismo y ahora son opositores desde el exilio, desarrollan campañas desesperadas para tratar de imponer su criterio
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
Los grupos radicales tanto en el bando opositor, como en el bando del
régimen, se baten un duelo para imponer sus criterios y no quedar por fuera de
las negociaciones, de los acuerdos que se producen en EEUU, para el desenlace
de la crisis venezolana. Ha habido una
guerra intensa porque todos temen finalmente que restaurada la República, la justicia
llegue.
En el bando de la oposición, el sector radical, promovido por los
grupos económicos que ahora residen en Miami, Madrid y Londres, ha intentado
todo lo posible por imponer aunque sea un vocero en las negociaciones, hasta
ahora sin éxito, pero con muchos recursos (De origen dudoso) invertidos.
Se trata de una confrontación de vieja data, desde que comenzó la
Asamblea Nacional (AN) y un grupo de banqueros y ex contratistas que
sostuvieron grandes negocios con Hugo Chávez desde 1998, cayeron en desgracia,
los cuales pidieron ser incluidos en la Ley de Amnistía para anular investigaciones
de la Fiscalía.
En el sector opositor no han tenido éxito. Aunque se desarrolla una
campaña en las redes sociales contra la figura de Juan Guaidó, como objetivo
principal de estos sectores multimillonarios, que viven un exilio lujoso en las
mejores zonas residenciales de Miami.
Los norteamericanos, que son
los que tutelan toda la crisis, vienen exigiendo a los sectores de oposición
que deben apoyar su línea de manera unida, hasta ahora de parte de los
sectores políticos ya se han ido configurando, el sector radical se resiste,
pero finalmente terminará haciéndolo sin lograr mucho, porque los capitales que
hay detrás de estos, también son vigilados en EEUU.
En el régimen
En el chavismo/madurismo, el sector radical ha tenido mejor suerte. El
chavismo militar que logró aferrarse a instancias de poder, llevó adelante
operaciones contra el madurismo que demostraron la contundencia de su ataque.
El Grupo Boston, una instancia
política organizada para mantener nexos con sectores demócratas en Estados
Unidos, fue boicoteado el día que en Venezuela había un intento de
negociación y fue lanzado desde el décimo piso el concejal Fernando Albán. Dejaron
un mensaje claro.
Produjeron un atentado con un
drone explosivo, por el control del “negocio” de extracción de la gasolina,
sabotearon el sistema eléctrico al producir apagones para provocar una reacción
social que hiciera salir de control la crisis política en desarrollo.
Una comisión del Sebin, bajo el mando de los radicales, lanzó un
atentado a la caravana de Maduro, en la autopista Francisco Fajardo.
Desde el principio el chavismo radical sabotea al madurismo, el mismo
día que Maduro que se juramentó como presidente, en 2013, entró un joven a
abrazar al mandatario, supuestamente violando las medidas de seguridad en la AN
de entonces.
Negociaciones
La amenaza actual que mantienen los sectores chavistas contra el
madurismo y los cubanos, tiene que ver con detalles de la muerte, o lo que
ahora llaman “el asesinato” de Hugo Chávez, un chantaje, para no quedar por
fuera de las negociaciones.
Del lado del régimen, a los radicales les está funcionando su
estrategia. Los norteamericanos quieren responsables de la crisis, alguien
tiene que pagar.
Atrás han quedado los días en que el senador Marco Rubio amenazaba a
los chavistas radicales, de terminar en Guantánamo, por lo visto entre el
chavismo radical y el madurismo, se acepta la idea que Tarek El Aissami, sea el
señalado finalmente, mientras voceros norteamericanos han confirmado contactos
con estos grupos.
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