El enfrentamiento de
las familias más ricas de Venezuela, se ha convertido en el factor de
perturbación y obstáculo para que el venezolano logre su libertad
Por Alex Vallenilla / @alexvallenilla
La pugna de sectores económicos en Venezuela, pone en riesgo el cambio
político según aspiraciones de quienes apuestan la llegada de un gobierno
democrático. Se está reeditando lo que
sucedió cuando “el carmonazo”, el enfrentamiento de las familias más ricas de
Venezuela, dieron al traste con el esfuerzo de haber depuesto a Hugo Chávez en
2002.
Actualmente Juan Guaidó ha asumido el liderazgo político en Venezuela,
un joven dirigente de La Guaira, de origen modesto, surgido de la nada
prácticamente, designado por el líder de Voluntad Popular (VP) como su pieza
para conducir el proceso político actual. El
hecho que Guaidó no era conocido era perfecto para armar toda la estrategia de
designarlo como presidente interino, en acuerdo con los países del Grupo de
Lima y EEUU.
Guaidó aprovechó su figura casi anónima para entrar y salir de
Venezuela por las fronteras sin llamar la atención. Además es un cuadro formado
directamente por el propio López, una pieza de su altísima confianza.
La designación de Guaidó, sorprendió
a los poderosos grupos económicos que desde el exilio ahora dirigen campañas en
su contra. Los llamados “ex amos del valle”, aquella clase rica caraqueña
que se fue al exilio, y sus herederos, que terminaron haciendo gigantescos
negocios con el chavismo, tienen otros planes, ellos apuestan a una representante
de su talla, de su nivel: a María Corina Machado.
Quieren mandar a Guaidó
En principio Guaidó fue apoyado. Antes, tuvo excelente relación con
Machado, previo a “La Salida”, el movimiento de protestas que lideraron
Leopoldo López, María Corina y Antonio Ledezma. La imagen de Guaidó, nueva y fresca, era imposible de ser atacada o “criticada”,
aunque en las redes sociales se confunde el insulto y la difamación con “críticas”
o “denuncias” sustentadas.
El proceso para producir lo que Guaidó ha llamado “el cese de la
usurpación” comenzó. Desde Miami se quería conducir todo, desde lanzar una
matriz de opinión de una supuesta intervención militar, y el acostumbrado
discurso de que los principales dirigentes de oposición son “traidores” o “colaboracionistas”.
Del mismo sector que condujo “el
carmonazo” en 2002, se quiso controlar a Juan Guaidó, quien responde a
López directamente y al mismo tiempo a la línea del verdadero poder detrás de
Donald Trump en EEUU, el sector petrolero de ese país.
Pusieron “la torta”
En 2002, Fedecámaras y la central obrera Confederación de Trabajadores
de Venezuela (CTV), condujeron una marcha hacia Miraflores, que produjo la
salida de Hugo Chávez del poder. Pedro Carmona
Estanga, empleado de estos grupos económicos, decidió auto juramentarse como
presidente y dejó por fuera a Carlos Ortega, el sindicalista presidente de la CTV.
Carlos Ortega no quiso refrendar el acto de Carmona Estanga, quien
alentado por los grupos económicos involucrados en los eventos, dio muestras de
su desprecio al sector obrero que participó en la gesta que produjo la salida
de Chávez.
Carmona Estanga creyó que todo
estaba decidido, y el secuestro del poder fue mal visto por los sectores
militares que participaron. Todo se volvió un desorden, fue cuando se
decidió el regreso de Hugo Chávez al poder, con el visto bueno de los
norteamericanos, puesto que los “ex amos del valle” lo habían echado a perder
todo.
Guerra de familias ricas
El enfrentamiento entre los poderosos grupos económicos, continúa. María Corina Machado pertenece al linaje de
los Zuloaga, una familia que controló grandes emporios económicos, como la
Electricidad de Caracas y empresas del sector siderúrgico en Guayana, que
terminaron expropiadas por Hugo Chávez, entre otras.
Leopoldo López es de nexos con los Mendoza. Aunque la relación del
chavismo con las empresas de esas familias no fue la mejor, la más grande todas no fue expropiada y aun
se mantiene en el país, bajo el control de sus propietarios. Más aun, desde
noviembre de 2018, el régimen madurista se ha comprometido a no realizar nuevas
expropiaciones.
María Corina Machado reclama su
derecho a ser la presidente de Venezuela. El sector económico detrás de ella
también lo exige, el problema es que no tiene el partido ni la popularidad
para mover las masas en torno a sí.
Leopoldo López viene de demostrar una labor política más profunda y
con mejores resultados. En el año 2013,
López, con una red de voluntarios, logró ganar 18 alcaldías en Venezuela,
entre ellas las más importantes, las de las zonas urbanas más grandes, pero
todo ese capital fue perdido con “La Salida”, los alcaldes de Voluntad Popular
que llevaron a cabo las protestas en 2014, terminaron presos, otros fuera del
país y López preso.
Así comenzó la campaña
En 2015, Leopoldo López hizo una huelga de hambre, vastos sectores de
estudiantes también y obligaron al régimen chavista/madurista a dar la fecha de
las elecciones parlamentarias. La oposición participó unida, con una tarjeta y
pudo conformar por esta razón al menos 95% del padrón electoral, además llamó a
votar masivamente. El resultado fue sorprendente.
El chavismo era derrotado por la vía electoral, de manera aplastante.
La oposición política cantó
victoria antes. Al creer que había derrotado al chavismo en el Parlamento, el
régimen ya estaba liquidado, por lo que cada líder quiso imponer su propia
agenda. Henrique Capriles propuso un referéndum, Leopoldo López una
Constituyente, Henry Ramos una enmienda, María Corina Machado la desobediencia
civil, Manuel Rosales el diálogo y Henri Falcón elecciones.
Con agendas divididas el
régimen pudo sostenerse a pesar del duro revés.
El primer ataque contra la Asamblea Nacional (AN) fue cuando los
banqueros que fundaron el Grupo IDEA, solicitaron que fuesen incluidos en la
Ley de Amnistía que propuso Lilian Tintori y los partidos UNT, PJ, AD y VP, se
negaban, al considerar que la crisis bancaria de 2009 fue producto de estafa a
los ahorristas e inversionistas de bonos de deuda, además de los ataques del
chavismo.
Desde entonces, desde Miami se
desarrolló una campaña contra los partidos políticos.
La presión de EEUU a los
opositores
En la actual crisis, EEUU ha entrado a jugar un papel fundamental. Muy
contrario a lo que se asegura en cada sector comprometido económicamente con
cada grupo, los norteamericanos negocian y lo hacen con todos. Negocian con los
opositores y ahora negocian con el chavismo/madurismo.
La crisis venezolana ha caído perfecta para las grandes compañías
petroleras detrás de Trump. Un país
colapsado y con su actual élite gobernante en situación de criminalidad, es
fácil de dominarlo. Producir el cambio es más sencillo de lo que se
asegura, es suficiente negociar con cada sector, lo que piden.
EEUU apoya realizar finalmente
elecciones, es parte del acuerdo con Rusia y China. Cada eje geopolítico tiene
a su candidato a suceder a Nicolás Maduro. El problema de EEUI es ir a
elecciones con Maduro en el poder, que es un punto de honor, pero los
norteamericanos también trabajan en obligar a toda la oposición a unirse, en
torno a la figura que se impulsará finalmente.
A los dirigentes políticos, el
Departamento de Estado, les ha exigido que se definan. Se ha visto como
Henrique Capriles ha estado del lado de Guaidó, en visitas a barriadas, a Henry
Ramos, declarar en una rueda de prensa que mantiene el apoyo a Guaidó y para
muestra de ello, está el diputado Edgar Zambrano en la cárcel, por participar
en el evento del 3 de abril, día que López fue liberado.
Guaidó también mostró al país
una reunión con líderes regionales, allí estuvo Manuel Rosales, también
uniéndose a la línea de Washington. El otro dirigente, Henri Falcón,
también declaró lo mismo, cambio de CNE y elecciones con garantías.
Así todos van entrando a la línea norteamericana, de lo contrario
serían considerados ir contra los intereses de EEUU.
Peligra la posibilidad de
cambio
La unidad política prácticamente recuperada y ahora identificada con
una línea, es lo que ha despertado la dura reacción de los grupos económicos
que apoyan a Machado y que ven en
peligro que se produzca un cambio político que no sea controlado por estos,
sino por López.
Han surgido campañas, denuncias, y muchas matrices de opinión, la
mayoría falsas y con pocos fundamentos.
El precedente de “el carmonazo” surge, porque así como Chávez regresó
al poder, luego que los millonarios opositores volvieron un desastre el 11 de
abril de 2002, Donald Trump sorprendió a
todos la semana pasada, cuando anunció que estaba en negociaciones con gente “de
alto nivel” del chavismo/madurismo.
El mensaje de Donald Trump fue
claro, fue para toda la oposición. En los partidos políticos así lo han
comprendido, por eso la serie de pronunciamientos de apoyo irrestricto a Guaidó.
Trump dio una primera advertencia,
porque ante el desorden en la oposición y el enfrentamiento de las ricas y
millonarias familias que siempre han medrado de la renta petrolera venezolana,
los rusos también presionan.
Los rusos querrán convencer a Trump, que no tiene remedio apoyar a la
oposición en ese caos en el que está y ofrece el cambio de Maduro, por un
chavista reformado, que se regirá por las nuevas reglas, que permitirá e Exxon
Mobil el control de la cuenca Guyana-Surinam.
Es increíble, pero podría pasarle a Venezuela ahora, lo mismo que en
2002.
LOS MISMOS |
Uno de los sectores que propiciaron el fracaso de la gesta del 11 de abril de 2002, es el que ahora enfila sus baterías contra Juan Guaidó. Desde el medio Panampost, creado supuestamente con una visión "liberal" se ponen a circular contenidos con el propósito de evitar que los factores políticos consoliden unidad, entre ellos Luís Henrique Ball, familiar de Machado, quien también firmó el "Decreto Carmona", el director del mencionado medio. |